Parece que soy imán de estos weones....
De nuevo: andaba feliz de la vida caminando por la calle principal de la capital de la provincia, cuando veo a una familia de venecos pidiendo plata. El wea de mí mino dijo "pucha, no tengo efectivo, que lata" yo le respondí "mira sacoweas, estos venezolanos se aprovechan para dar lástima y no trabajar, aquí ofrecen trabajo en todos lados, y pa que Cachi que no es por ser racista ¿Has visto algún haitiano mendigando? Todos los que llegaron a este pueblo están trabajando, y la señora uruguaya de la tienda de carteras? Y los chinos dónde mí mamá compra puras weas? Y los argentinos que empezaron vendiendo completos? Y los peruanos del restaurante? Ah, ah? Y las colombianas del Directv? Todos trabajan, solo estos sinvergüenzas y maltratadores de niños les gusta vivir de la caridad"
Estaba emputecida.
Como madre se me parte el corazón ver a niños sufriendo, expuestos y humillados por culpa de los flojos culiaos de sus padres venecos. No puedo evitarlo.
Y otra más, quería ir a almorzar en Chillan, de nuevo con el bolas tristes, lo llevé a "onde el Pala" un local muy famoso en Chillan, al que no iba desde mis años de joven y loca universitaria. Y bueno, una mesera de uñas multicolores y actitud de mierda nos atendió. Hablé de pedir una pichanga y una chorrillana chica. El bolas tristes nunca había ido al Pala así que le preguntó a la veneca: ¿Que me recomiendas, o el plato de la casa?
la reculia nos dijo: no se, puede ser la pichanga y la chorrillana. La muy aweona no se dio el trabajo de pensar, solo repitió lo que yo había dicho.
Los platos eran una mierda, nada que ver con la pichanga de Conce o la chorrillana de Valpo, mientras que el resto de los comensales disfrutaban de sendas empanadas de todo tipo. Obviamente eso era lo que debió recomendar la veneca imbécil.
Y bueno, para enaltecer aún más al gris y clásico garzón chileno: de nuevo por Chillan con míster weas, me dijo "vamos a la motoneta mejor, la comida del otro local (el Pala) no me gustó. Obviamente descargué toda mí furia contra la maraca incompetente.
En "la motoneta" solo grises, y un simpático viejito, de camisa blanca y humita negra nos atendió regio, nos explicó todos los platos, recomendó lo mejor del local y conversó lo justo y necesario para no incomodar.
En fin. Quería contar más experiencias de estos aweonaos, flojos y miserables.