Es totalmente detestable, ya que responde a un interés ideológico de una pequeña clase social que es evidente: el Estado no debe ser un agente de cambio respecto de las desigualdades sociales, de hecho tiene que interferir lo mínimo posible en las relaciones humanas de todo tipo, *debiendo el derecho establecer solo reglas mínimas de convivencia, que no interfieran mayormente en la espontaneidad de ésta.* (*Von Hakek*)
En base a este principio, un liberal anterior como Von Misses planteó que la mejor manera de ir superando la desigualdad social, es la caridad de los privados, porque llegará un momento en que los ricos tendrán tanto dinero, que cada vez más empezarán a hacer caridad.
De hecho sostiene que hubo un período histórico en el cual coincidió el momento de mayor libertad económica, con el de mayor número de instituciones de caridad creadas y de donaciones hechas. Señala que, luego de que se restringió dicha libertad, la caridad también bajó.
La argumentación es muy buena, pero tiene una pata coja: confundir el ser con el deber ser. Confundir la realidad con la determinación. No porque determinado estado de cosas hayan sido así en un determinado momento, debemos simplemente aceptarlas como naturales. Ahí radica la peligrosidad del asunto.
Y eso corre no solo para la economía, sino también en la biología: la misma interpretación perversa de la evolución es la que más se divulga: la competencia desenfrenada entre las especies, el egoísmo, el darwinismo social.
Esta interpretación responde claramente a intereses ideológicos, pero también hay muchos académicos en contra de esta interpretación de la evolución biológica: no porque efectivamente en la evolución de cierto modo las cosas se hayan dado así, significa que debamos tolerar en la actualidad ese mismo estado de cosas, ni menos aceptar que simplemente sea la naturaleza humana, ya que el hombre es biología + medio ambiente o entorno, y tomando en cuenta también que en general la humanidad es un sistema complejo, mas que complicado.
Fines nobles deben tener medios nobles, no chanchullos. Que hasta hoy la teletón, efectivamente logre una gran obra (el fondo), no justifica los medios para lograrla (la forma, el principio detrás de la forma)
