Veo que varios cilantritos han mencionado metas, pero que más que eso, lo que se necesita para vivir satisfactoriamente es un propósito, un sueño, una misión; como quieran decirle. Las metas son un fin concreto y caducan eventualmente: si las alcanzas, una vez que la novedad se disipa, queda la incertidumbre de qué viene después, y si no las alcanzas, te hundes más en la desesperanza y los sentimientos de inutilidad. Tiene que haber algo que trascienda lo material, algo que te empuje a seguir sin importar tus circunstancias, y que en base a eso se estructuren tus metas y no al revés. Para eso, hace falta un reconocimiento espiritual y mucha introspección. Las drogas y las putas solo lo harán más triste e infeliz, porque continúan siendo materiales, y serán perjudiciales para la química de su cerebro y su psique maltratada. Los que lo recomiendan seriamente (difícil saber) también son otros infelices desconectados de su propio cuerpo.
Ahora, si la anhedonia y la apatía lo consumen y ni siquiera el instinto de supervivencia lo motiva para realizar esa búsqueda, entonces tiene que tener esperanza y utilizar todos los recursos que tenga disponibles. Tener esperanza en que el tiempo traerá posibilidades de cambio, o fe en algo, sea el Dios cristiano, una deidad pagana, u otro recurso filosófico, y buscar ayuda con gente que estime, con un psicólogo (no le recomiendo psiquiatras, a menos que quiera que lo seden como caballo una vez le tiren un diagnóstico que puede que sea correcto o no) u otra persona que lo pueda guiar de alguna forma. No creo que vivir por las palabras de otros sea la respuesta, pero una buena frase que encapsula estas situaciones la pronunció el antroniano honorario Nietzsche alguna vez: vivir es sufrir, sobrevivir es darle significado a ese sufrimiento. Lo que queda es resistir y buscar hasta encontrar.
perder la capacidad de tener sentimientos
