cuando era muy chico y vivía con mi mamá, mi abuela, una tia, una prima y un tio.
Este tío era alcohólico y no había día que no llegara curao, pero no era de los curaos odiosos, era de los callados que llegaba a puro ver tele o acostarse. Los findes empezaba temprano a tomar y pasaba el día en eso.
Un finde en la tarde, fuimos a verlo con mi prima a su pieza y lo encontramos colgando, se había hecho una soga con cordones de zapatos. Yo lo tomé intentando levantarlo y mi prima fue a buscar a nuestras mamás. Sobrevivió esa vez.
Ahora que recuerdo sobre eso, es increíble el instinto de los cabros chicos. Estoy seguro que no tenía más de 10 años en ese tiempo pero recuerdo bien vívidamente que por instinto sabía altiro que estaba haciendo y como reaccionar a pesar de nunca haber estado cerca de una situación ni remotamente parecida.
Me gustaría decir que esa historia tiene un final feliz, que se rehabilitó, enderezó su vida y encontró felicidad (pues era muy común encontrarlo llorando cuando estaba curao) pero no. En el 2010, en abril, literalmente, pero literalmente el día después que dejé esa casa con mi mamá para irnos a nuestra casa actual, despertamos la primera mañana en la casa nueva con la noticia que mi tío había amanecido muerto. El diagnóstico según el smd era cirrosis, se mató tomando.
No quiero hacer mucha memoria de mi relación con mi tío porque estoy en el trabajo y no quiero llorar pero que el llevara una vida tan desgraciada nunca evitó que tuviera una sonrisa para mí o mi prima, que nos diera las pocas monedas que tenía para comprar dulces, que nos trajera manzanas y frutas en general cuando trabajaba en el campo, que conmigo se pusiera de acuerdo en juntar moneditas para comprar casata y tomar helado mientras veíamos tele y varios detallitos así, el no tenía casi nada pero lo poco y nada que tenía, lo dedicaba a la gente que quería. Ahora lo pienso y me da pena no haber tenido la capacidad intelectual o emocional como la que tengo ahora para de verdad ayudarlo.
En fin, esa es mi historia.
