INFORME COLEGIADO DE DIFUSIÓN PÚBLICA:
COMUNIDAD "TEMULEMU"
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2) Antecedentes de la Comunidad Temulemu
La comunidad de Temulemu, ubicada en la comuna de Traiguén, Región de la Araucanía, se compone de ochenta a ciento diez familias con un número aproximado a las 510 personas. La comunidad se constituyó en una Merced de Tierra otorgada a Antonio Ñirripil, Título de Merced Nº15, de 1884, por 920 hectáreas , para 131 personas. En 1935 " pasó la mensura de tierra " y la merced es dividida de acuerdo a la ley 4.111, sobre una superfície de 922 hectáreas, para 78 hijuelas. Este proceso es denominado como "el recortado" , donde el Juzgado de Indios asignó diferencialmente el volumen de las tierras a cada hijuelero siguiendo un criterio arbitrario : " al que le tenía buena, el juez le daba más tierra..algunos recibieron 7 hectáreas y otros cerca de 50".
Las tierras reconocidas por la Merced de Tierra: "abarcaron una superficie menor que las ocupadas antiguamente (...) estas tierras antiguas permitían la supervivencia material y cultural de las familias mapuches. Abarcando los bosques, los espacios de ramoneo y recolección, las aguas, todos terrenos que fueron declarados 'baldíos o sobrantes' y por tanto, fiscales, rematables a particulares" (4).
De lo anterior se desprende que las tierras donde se establecieron los fundos de Santa Rosa de Colpi y Nancahue, corresponderían a "tierras antiguas" de la comunidad que no fueron reconocidas por el Título de Merced. Para los actuales habitantes de Temulemu estas tierras corresponden al territorio de referencia ancestral que ocupaban antes de la llegada de los españoles y que fue reduciendose paulatinamente durante el Estado colonial y republicano (5).
La comunidad debió enfrentar inicialmente, además de la usurpación de terrenos que le correspondían por el Título de Merced, el problema que implicaba el despojo de sus "tierras antiguas". Frente a lo cual se hacía necesario recurrir a recursos complementarios que quedaban ahora fuera de su disminuida jurisdicción territorial.
La historia oral da cuenta de un pasado reciente (post reduccional) donde los latifundios vecinos llegaron a constituir la única posibilidad de incrementar su disminuida base productiva, a través de la venta de su propia fuerza de trabajo y relaciones de mediería, con remuneraciones que podían ser en dinero o productos. Se estableció así una suerte de complementariedad económica con los antiguos propietarios de latifundios, que llegó a ser absolutamente necesaria para su sobrevivencia. La sobrevivencia de la comunidad entonces, no se puede entender ni analizar intracomunitariamente , a partir de lo que fue el título de merced: junto con la tierra entregada, se les convertía en mano de obra barata para la producción de la gran propiedad. Las relaciones asimétricas que se establecieron se fortalecían por una legitimación de un contexto de subordinación política y económica. La lectura que los mapuche de Temulemu realizan de aquellas prácticas, es que constituían una situación de " engaño" por parte de los nuevos dueños de la tierra, pues de esa forma les mantenían " tranquilos". Tienen conciencia de haber constituido la mano de obra barata para medianos y grandes propietarios: "Nosotros hicimos ricos a los demás, éramos mal pagados.. muchos de ellos se enriquecieron a costa del trabajo de los mapuche "; a pesar de valorar la complementariedad asimétrica, como la única estrategia posible de subsistencia, puesto que " ... por lo menos había trabajo".
Hasta la década del cincuenta la comunidad debía cancelar contribuciones, situación que en un momento llevó a que por deudas tributarias el fisco amenazara con embargar las tierras comunales. A través de gestiones legales se hizo un cambio en los apellidos de los asignatarios originales (de Ñirripil a Nahuel), con lo cual se pudo sortear el riesgo de pérdida territorial. Posteriormente, durante el gobierno de Ibañez, a instancias de Venancio Coñoepán (Ministro de Tierras), las comunidades quedaron exentas del pago de contribuciones.
A mediados de los 60, durante el gobierno de Eduardo Frei, se inicia un proceso de movilización y promoción social. Entre los años 70 y 73 , durante el gobierno de Allende, en la comunidad se vivió un transitorio bienestar económico, asociado a un incipiente proceso de desarrollo productivo y social "..En ese tiempo teníamos plata! ..trabajamos en cooperativas, nos dieron créditos y maquinarias..sembramos trigo, también hacíamos carboneo. .". Durante el proceso de reforma agraria, del gobierno de la Unidad Popular, los fundos colindantes fueron expropiados.
El fundo Nancahue, propiedad de la familia Figueroa Yavar, fue expropiado por la Corporación de la Reforma Agraria (CORA) el 1º de Julio de 1971, considerando las demandas de tierras de las comunidades vecinas. De ahí nace la demanda de tierras sobre el fundo Nancahue, tierras que estaban dentro del deslinde del Título de Merced, demanda que aún se mantiene por parte de las comunidades colindantes. Tras la expropiación pudieron hacer uso los recursos del fundo (carboneo, pastoreo y vivienda), sin embargo, después del golpe militar se vieron obligados a suspender esas actividades. La expropiación se recuerda como una acción intencional de la CORA en favor de ellos.
De acuerdo a un informe topográfico de 1972, la comunidad de Temulemu le correspondía solamente el reclamo por la usurpación de tierras contempladas en el título de merced que estaban ubicadas en el fundo Santa Rosa de Colpi y ya no las de Nancahue (6). Sin embargo, en relación a este punto la comunidad Temulemu mantiene la percepción que existen tierras ubicadas hoy en el fundo Nancahue, propiedad de Agustín Figueroa, que les correponden como territorio y que les fueron usurpadas.
El fundo Santa Rosa de Colpi fue expropiado a la suceción Lavín por acuerdo del consejo CORA, del 13 de Agosto de 1973. Pero no se alcanzó a conformar el asentamiento ni a ser traspasado el dominio a quienes lo solicitaban. Con posterioridad al golpe militar de 1973, en un acuerdo CORA del 2 de Enero de 1974, se revoca la resolución anterior y se retorna el dominio del fundo a la familia Lavín. En la comunidad se recuerda que esta expropiación no los beneficiaba directamente pues iba a favor de los trabajadores del fundo y no de la comunidad indígena.
En el caso de Santa Rosa de Colpi la demanda de tierras tiene dos fuentes: Por un lado "las antiguas tierras" y por otro, las tierras del fundo que son reconocidas como parte de la comunidad por el título de merced. El reclamo de las tierras que correspondían al título de merced se dificultó por el cambio de propiedad del fundo: La sucesión Cardenio Lavín la traspasó a la forestal CRECEX y ésta a la forestal MININCO. Recientemente, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena ( CONADI ) adquirió la tierra reclamada por la comunidad, de acuerdo al Título de Merced, (58,4 Hás) a dicha empresa forestal con el objeto de restitutirla a los pobladores de Temulemu (7). Sin embargo, al igual como ocurre con el fundo Nancahue queda pendiente la demanda por las "tierras antiguas"
Desde la dictadura militar y en forma ascendente, se constata imposición en Chile de un modelo neoliberal que ha ido generando situaciones antes insospechadas. En el caso de Temulemu, la explotación forestal provocó drásticas transformaciones estructurales en el sistema productivo adoptado en la zona. En un primer momento la compra de los antiguos latifundios y su explotación forestal por parte de las empresas madereras, fue valorada positivamente como fuente de empleo, pues la proletarización del campesinado mapuche era inevitable para asegurar su subsistencia; así dijeron: "...c uando llegaron nos contrataron para hacer las plantaciones (...) pero el trabajo duró unos pocos días no más ", debido a que posteriormente la empresa forestal no requería de mano de obra. La situación continúa agravándose cuando lejos de significar una oportunidad favorable para ellos, las técnicas de explotación forestal capitalista atentan contra sus escuálidos medios de producción: "... como a los 4 años hicieron la fumigación y ahí se nos murieron los animales y el ganado(...)se envenenaban(...)después nos quedamos sin agua..no teníamos agua ni para los animales, se acabaron las huertas. ."
La extensión que de su base productiva habían hecho hacia los latifundios, les permitía obtener algunos recursos leñosos para usar como combustible en sus hogares y cocinas. Ello también se terminó; sólo en los primeros años la empresa les permitía sacar ramas sobrantes del crecimiento de los pinos; en sus palabras:"...a hora no tenemos ni leña (...) no dejan sacar ni un poco de leña para los mapuche ". Tampoco pueden llevar sus animales a aprovechar los rastrojos de las cosechas de trigo o utilizar los pastos naturales, lo que antes les permitía ampliar la superficie forrajera con particulares formas contractuales en el fundo vecino.
Con el apoyo otorgado a la empresa forestal, consecuencia de las políticas neoliberales que se impusieron en Chile, el sur fue testigo de un crecimiento forestal sin precedentes. ¿Qué impacto tuvo ésto en la economía campesina mapuche? Como hemos señalado en los párrafos precedentes, aquella precaria frontera agrícola se redujo a sus límites reduccionales, se separaron dos formas de producción: capitalista forestal y campesina de subsistencia. Símbolo de este divorcio es el cerco de alambres, guardias armados, y un muro dado por los propios pinares. Se había terminado con aquella particular forma de "complementariedad" laboral y de productos.
Los nuevos vecinos nos les permiten entrar, no les ofrecen trabajo -aduciendo a que no tienen expertizaje en la tecnología del manejo de bosque-; hoy no pueden "pagar" con su fuerza de trabajo; ni se les permite la entrada de sus animales. Ello ha significado que debieron efectuar una drástica reducción de la masa ganadera por unidad doméstica, una familia no puede aspirar a más de 5 o 6 ovinos, como máximo, por lo pequeño de sus terrenos (8).
En el espacio cotidiano de la comunidad, el impacto ambiental es dramático. Los bosques de pino son percibidos negativamente pues absorben la escasa agua subterránea, agotándose las fuentes de agua para el consumo de los pobladores durante el verano recién pasado. Estas plantaciones, han devastado la flora nativa asociada intrínsecamente a los recursos culturales de la comunidad; como lo es, por ejemplo, la herbolaria usada por la "machi" para la medicación.
Otro antecedente a considerar es el factor demográfico y su efecto en la producción agrícola. Temulemu, comunidad mapuche, poseería hoy 860 hás. de las 920 hás (9) que recibieron 78 hijueleros en 1935, cuando el territorio mapuche se parceló y se conformaron las reducciones. Hoy, en aproximadamente 60 hectáreas menos, viven 120 familias. Al asignar un predio a una familia , en un momento de la vida de ese grupo familiar, no se consideraron los derechos ancestrales ni el crecimiento del grupo familiar. Hoy habría menos tierra por cada unidad familiar. Han pasado, al menos 3 generaciones, han aumentado los habitantes y disminuido las tierras. Nos hablaron de migración en búsqueda de trabajo, de pobreza, de suelos infértiles. Esto último se explica por la sobre explotación de la tierra, como consecuencia del minifundio, que da como resultado en el presente un bajo rendimiento del cultivo de cereales (trigo y cebada forrajera)
Debemos considerar además que las economías campesinas se caracterizan por haber quedado en aquellas tierras de menor calidad, las otras fueron apropiadas, usurpadas, compradas, etc; por el sector empresarial capitalista. Una de las características, en general en el país, es que se encuentran en zonas de secano, por lo que preferentemente dependen de los ciclos naturales de lluvias. En el caso de Temulemu, tenemos que considerar que el año 1998 fue un año de sequía, por lo que la producción fue prácticamente nula.
A esta dependencia de variables naturales, se le agrega la escasa tecnología incorporada al proceso productivo y menguado acceso a recursos financieros. Indap por ejemplo, provee de un crédito que sólo permite reinvertir en la subsistencia (abonos y semillas trigueras) que es percibido con cautela por los mapuche, por el temor al endeudamiento; pues en una mala cosecha, no sólo no tendrán qué comer, sino que deberán cancelar deudas contraídas, lo que se agrava por el hecho de que se les niega el crédito para siembra si no han cancelado la deuda del año anterior (10).
Esta precaria estructura de subsistencia aparece reflejada en la subjetividad cuando relatan sus "historias de vida", aluden a una amarga pobreza y estrategias de supervivencia que hoy perciben como humillantes. Recuerdan por ejemplo, " hemos tenido que ir a la ciudad a sacar las bacinicas de los huinca" . La ciudad tampoco los acoge, sino que los inserta en una posición subordinada, asimétrica, y en dinámicas exclusión. Sus recuerdos también traen el dolor y la rabia del " racismo" presente en la sociedad chilena.
Otro antecedente importante dice relación del capital cultural de la comunidad, de lo cual ellos son cada vez más conscientes (11). Se destaca por ejemplo " tenemos inteligencia para hacer las cosas ", " tenemos sabiduría " , "hablamos nuestra lengua ", " tenemos una mente sana", "somos honestos", "tenemos medicina natural " " la fe y el respeto ", " el nguillatún ".
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(4) Informe del Taller de Coyuntura Indígena (borrador). Colegio de Antropólogos 1999.
(5) En la asamblea de discusión del documento, varios jefes de familia manifestaron su convicción respecto a que las llamadas "tierras antiguas" eran parte de su territorio ancestral y que este concepto debía ser incluido en el texto.
(6) Que ya había sido expropiado por la CORA y que, con posterioridad al golpe de Estado, volvió a manos de un propietario particular.
(7) De acuerdo a la declaración pública hecha por la forestal Mininco, la CONADI habría comprado estas tierras por la suma de $110.000.000 (El mercurio 18/7/98). Cabe preguntarse por qué el Estado en vez de reconocer los derechos jurídicos de la comunidad opta por comprar las tierras que legalmente pertenecen a los pobladores de Temulemu; pues se plantea, en la acción, dentro de una estrategia de resolución de conflictos, que resulta parcial y costosa (se podría haber apostado a la restitución legal o, en última instancia, a la expropiación y haber destinado los recursos financieros al desarrollo productivo de la comunidad). Lo cual difícilmente se sitúa en el marco de la reparación histórica de la deuda social, ni menos aún en el reconocimiento de los derechos ancentrales del pueblo mapuche
(8) El terreno de uso familiar oscila de 1 a 14 hectácreas por familia, según nos relataron.
(9) En asamblea, nos manifestaron que en realidad actualmente la comunidad abarcaría unas 750 hás. Pues habrían otras ventas o usurpaciones no contempladas en las fuentes documentales que disponíamos.
(10) Dentro de las medidas anunciadas por el ejecutivo (jueves 5 de Agosto de 1999. Fuente: Archivo Noticioso, diario "La Tercera" , http//www.tercera.cl/casos/indígenas/noticias/agosto/archivo.hatml) de apoyo a las comunidades mapuche, se contemplaría la repactación de deudas con INDAP; los criterios a utilizar no están del todo claros, presumiblemente se tratará de negociaciones caso a caso. Por otro lado, esta medida sólo logra mantener el nivel de subsistencia de la economía rural mapuche.
(11) Para ellos este es un punto significativo de relevar, según lo que nos manifestaron en la asamblea de evaluación