Lo que está pasando es muy parecido al caso español, con la única diferencia que la crisis no ha estallado (aun). Los planes reguladores han permitido la construcción de numerosos proyectos inmobiliarios, suponiendo que con eso bajaría el precio debido a la mayor oferta. Sin embargo, la especulación tanto de los dueños de terrenos (se venden paños no muy grandes a precios exorbitantes) e inmobiliarias ha tenido el efecto contrario. A medida que ha aumentado la oferta, ha subido el precio. Y a estoy hay que sumarle el relajamiento de las exigencias en el otorgamiento de créditos inmobiliarios por parte de entidades bancarias a gente que no tiene la solvencia suficiente como para sostener el pago de aquellos (básicamente, gente que tiene sueldos pencas), sumado a que los sueldos no han subido lo suficiente durante muchos años. Los bancos desean participar de esta vorágine especulativa obviamente.
La crisis sub prime norteamericana hizo estallar la burbuja, cortó los flujos de crédito a las instituciones financieras españolas que a su vez dejaron de otorgar crédito a las empresas e industrias, lo que desencadenó la crisis.
¿Pero en que se diferencia el caso español al chileno? en nuestro caso, las empresas (grandes, los de siempre: Paullmann, Luksic, Matte) tienen un flujo de capital asegurado: Las AFP. No tendrán que temer el hecho de que los bancos puedan quebrar, siempre tendrán una fuente de capital, con muy bajos intereses. Es una mierda, pero es así. Súmale que los bancos cuentan con otra protección adicional que no contaban los bancos españoles: las altísimas tasas de interés que por ley están autorizadas a cobrar. Eso las mantiene con su capital intacto.
Ahora bien, vamos a ver cual es el impacto que tendrá la reforma tributaria, la cual es incierta. Probablemente contribuirá al alza en los ya infladísimos precios de los departamentos (que más bien parecen nichos de cementerio).